Presentación

Como parte de mi desarrollo profesional y mi labor como docente universitario he tenido la oportunidad de investigar y exponer mis puntos de vista con relación con la sexualidad y el género. En este blog publicaré algunos artículos y entrevistas que considero podrían ser de interés a la comunidad, agradeceré sus comentarios y sugerencias sobre los temas aquí expuestos.

En este vínculo encontrarán una entrevista que me hicieron en el periódico la Voz de Michoacán

miércoles, 31 de marzo de 2010

Sexualidad y Género en el Siglo XXI



En los últimos años, una de las grandes preocupaciones de las ciencias sociales ha sido lograr esclarecer y delimitar cuales son las diferencias entre lo innato y lo adquirido en las características masculinas y femeninas de las personas. Lamentablemente, aún nos hace falta mucho que estudiar y descubrir en este terreno y de ello antropólogos, sociólogos, psicólogos y demás científicos sociales estamos conscientes.

Actualmente, en algunas sociedades, la apertura sexual se ha convertido en una fuente muy importante de explotación comercial, ya que han aumentado significativamente los objetos, películas y juguetes que sirven para el incremento del placer sexual. Ésto ha permitido que el individuo rete los cánones históricamente establecidos y explore otras alternativas sexuales; incluso la unión conyugal entre personas del mismo sexo ha sido legalmente aceptada en algunos países. Sin embargo, ésto contrasta radicalmente con el incremento en la represión sexual que se presenta en otras partes del mundo, sobre todo en los Estados fundamentalistas y se dirige, principalmente, hacia las mujeres y los homosexuales.

Sexualidad y Género en Nuestro Actual Contexto
 
El Estado de Zamfara en Nigeria instituyó los códigos legales Sharia en 1999, en ellos se incluye el delito de fornicación que puede ser penalizado con latigazos, encarcelamiento o lapidación. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio son tratadas como fornicación. En algunos países, entre ellos Paquistán, una mujer puede ser acusada de fornicación incluso si fue violada. Desde entonces, a varias mujeres se les ha acusado de este delito y algunas han sido lapidadas a muerte. La mayoría de las acusadas según estas leyes son mujeres pobres. (Jolly, 2007)

En gran parte del mundo el imaginario colectivo establece que las mujeres deben ser dóciles, castas y vírgenes; en contraste, los hombres deben ser machos, agresivos y posesivos. Este hecho, ha aumentado la violencia sexual contra las mujeres, mientras que el imaginario social solapa este tipo de comportamiento en vez de condenarlo.

Es un hecho, las desigualdades de género y los tabúes en torno a la sexualidad incrementan la propagación del VIH/SIDA, ya que aumentan la ignorancia y fomentan comportamientos sexuales de riesgo y sin protección, en gran parte por la promiscuidad necesaria para ratificar la virilidad y por otra la tradición de la mujer de mantenerse pasiva ante la voluntad del hombre, en algunos casos, si la mujer decide solicitar o portar protección para realizar prácticas sexuales se duda de su virtud, también, por estas mismas causas, cada año mueren 68,000 mujeres a causa de abortos ilegales. (UNAM, 2008)

En la mayor parte del mundo, para llevar una conducta socialmente aceptada es requisito indispensable apegarte a los estereotipos de género de la sociedad donde habites y de ello depende que se te considere un verdadero hombre o una verdadera mujer. Dentro de este imaginario colectivo, el comportamiento de los individuos tiene que ser cien por ciento heterosexual, por lo que el hecho de ser lesbiana, gay, bisexual o transgénero puede tener como resultado la marginación o la violencia (Samelius, 2005).

El estatus femenino es variable de cultura en cultura, pero siempre con una constante: la subordinación política de las mujeres a los hombres basándose principalmente en la diferencia biológica entre los sexos.

La diferencia sexual ha sido la base en la cual las sociedades han estructurado su vida y su cultura. La maternidad parece ser el origen de la opresión de la mujer, ya que la responsabilidad de cuidar a los hijos la obligaba a quedarse en casa y cumplir con las obligaciones domésticas, mientras que el hombre cumplía con el rol de proveedor y por lo tanto convivía más con el exterior y socializaba con otros hombres junto a los cuales arriesgaba la vida para conseguir alimento, generando un ambiente de competencia constante en el que necesitaba ser violento y agresivo; sobra decir, que dichos comportamientos son innecesarios en nuestro actual contexto.

En la década de 1990, se avanzo mucho en materia de derechos humanos relacionados con la sexualidad, sobre todo por diversas conferencias organizadas por la ONU y los trabajos sobre este tema han continuado desde entonces. Lamentablemente el resurgimiento de los fundamentalismos religiosos ha producido un fuerte retroceso en dichos temas.

La sexualidad y el género marcan una enorme diferencia en las vidas de las personas, muchas veces en polos opuestos; bienestar y malestar, mando y obediencia y a veces también llega a los extremos como vida y la muerte.

Afortunadamente, tras años de movilización por parte de activistas por los derechos sexuales se han producido avances prometedores en este tema. Los derechos sexuales deben incluir el derecho a una vida libre de violencia y de represión en el terreno de la sexualidad y también que el individuo tenga el derecho a explorar y buscar placeres, deseos y satisfacciones en su sexualidad sin sentirse culpable ni ser castigado por eso, siempre y cuando no dañe a nadie en su búsqueda de placer, que cualquier decisión en el plano sexual cuente con el consentimiento mutuo y que no incluya menores de edad ni personas incapaces de tomar decisiones por sí mismas.

“La sexualidad es un aspecto fundamental del hecho de ser humano a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, el vínculo afectivo y la reproducción. Se experimenta y se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones. Si bien la sexualidad puede abarcar todas estas dimensiones, no siempre se experimentan o se expresan todas. La sexualidad es influenciada por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales.” (OMS, 2004)

Tal como lo sugiere la definición de la sexualidad ofrecida por la OMS, las influencias sociales en torno a la sexualidad nos afectan a todas las personas. El género es una de esas influencias; es decir, las expectativas que tiene la sociedad sobre el comportamiento que se espera de las mujeres y los hombres, influye en el desarrollo de la personalidad del individuo y repercute en su comportamiento en sociedad; ya que lamentablemente en muchas partes del mundo para cumplir con estas expectativas se requiere de dolor, discriminación y sometimiento, como las niñas que son sometidas a mutilación genital, las que tienen un matrimonio precoz, las mujeres golpeadas, usadas sexualmente sin que se les permita el menor placer en la copulación y a las que sólo les toca sufrir para hacer encajar su género en marcos limitados y carentes de igualdad.

La verdad es que en la mayor parte de las sociedades actuales, como mencionamos en párrafos anteriores, parte de lo que se considera ser un verdadero hombre o una verdadera mujer se basa en apegarse a los estereotipos sin ninguna ambigüedad de género ocasionando que se lleguen a enfrentar a la violencia y discriminación quienes no encajan en los estándares de comportamiento sexual establecidos por la sociedad, por ejemplo: los hombres que no son machistas, las madres solteras, las mujeres que disfrutan abiertamente de su sexualidad y manifiestan su necesidad de satisfacer sus deseos sexuales o tienen relaciones sexuales sin estar casadas, las personas transgénero y aquéllas que aman a personas de su mismo sexo.


Como lo establece el informe general de Género y Sexualidad publicado por BRIDGE en el 2007, el matrimonio aún es vital para la supervivencia económica de las mujeres en muchas partes del mundo, ya que de ello depende su acceso a la tierra, a la vivienda, herencia, redes sociales, etc. No obstante, el matrimonio no suele otorgarles mucha ventaja ya que suelen pasar a formar parte de una unidad familiar que distribuye en forma desigual recursos tales como alimentos e ingresos y les exige que aporten más de lo que reciben.

Este mismo informe, menciona que el trabajo sexual es una alternativa de fuente de ingresos, pero también un sitio de explotación por parte de proxenetas o agentes de policía, dependiendo de la situación y del ambiente laboral de la persona que ejerce este oficio.

“La perspectiva de género implica reconocer que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual” (Lamas, 2008)

Se puede y se debe replantear la forma en que concebimos lo masculino y lo femenino; la diferencia sexual debe dejar de ser determinante para regir las relaciones laborales y sociales en general; el individuo debe tener la decisión total sobre la forma de ejercer su sexualidad y vivir su vida sin que se le discrimine y violente por ello. El respeto al individuo debe imperar en la nueva sociedad.

Conclusiones

La división sexual del trabajo que tuvo su origen hace miles de años y se basa en las diferencias biológicas, en especial la maternidad y que permitió la dominación de un sexo sobre otro y que a su vez decidió las relaciones de género al establecer una repartición inequitativa de las tareas y funciones sociales, hoy ya no tiene vigencia alguna.

La libertad de los individuos incluye el libre uso de su sexualidad.

Una cosa son las diferencias sexuales y otras las diferencias sociales que con esa excusa se imponen.

Bibliografía

Jolly, P. I. (2007). Género y Sexualidad, Informe General. Recuperado el 01 de 01 de 2008, de BRIDGE: http://www.bridge.ids.ac.uk/reports/Sexuality_OR_SP_Final.pdf

Lamas, M. (02 de Octubre de 2008). La tarea. Recuperado el 02 de Febrero de 2009, de http://www.latarea.com.mx/articu/articu8/lamas8.htm

OMS. (Mayo de 2004). Organización Mundial de la Salud. Recuperado el 01 de Enero de 2008, de http://whqlibdoc.who.int/hq/2004/WHO_RHR_04.8_spa.pdf

Samelius, L. a. (01 de Noviembre de 2005). ‘Sexual Orientation and Gender Identity Issues in Development: A Study of Swedish Policy and Administration of Lesbian, Gay, Bisexual and Transgender Issues in International Development Cooperation. Recuperado el 01 de 01 de 2009, de A Study of Policy and Administration: http://www.sida.se/Global/Nyheter/SIDA4948en_Sexual_Orientation_web%5B1%5D.pdf

UNAM. (marzo de 2008). Aborto: Implicaciones, riesgos y restricciones. (UNAM, Ed.) Humanidades y Ciencias Sociales , 24 pp

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